Los catalanes somos tacaños porque todo está muy caro por estos lugares y además todo el mundo te quiere vender algo. No sé en otro sitios, pero en Barcelona si te vas al centro no das dos pasos que ya tienes a alguien intentando sacarte los dineros.
Existe un tramo por el centro de Barcelona, por el cual cada vez que paso me siento como un chino en humor amarillo intentando esquivar los flayers y la gente de la carpetilla.
Para que os hagáis una idea, si sales por la boca de metro de Urquinaona y vas andando hasta plaza Catalunya (2 minutos escasos), te encuentras a los de una ONG en la misma salida del metro, tal cual así­:

Antes de cruzar te encuentras al señor del telepizza con su flayer de promición, cruzas la calle y por supuesto te endiñan el flayer del pans y cuando ya has esquivado a todos los guiris que van apollardados por la vida y llegas a plaza Catalunya, los de green peace te pillán por banda.
Luego si te da por bajar por las ramblas pues a cada 3 pasos habrá alguien que te meta el menú de su restaurante en toda la cara.