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Sobre el borrado de las mujeres y el borrado lésbico.

Iniciado por Átropos, Julio 07, 2020, 08:33:33:46 AM

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Pangea

Pues vuelvo al hilo, jajaja.
Que levante la mano a la que, siguiendo la nueva tendencia de detectar niñas y niños trans, la hubieran fichado en el equipo la primera. Yo soy una de ellas.

Báthory

Yo creo que a mí me habrían mirado con una ceja arqueada, a ver de qué voy. Pero algo me habría caído XD.
"Fratriarcado es también toda defensa que las mujeres realizan de los pactos entre varones, sin reparar en que ellas no están incluidas." Rosa M. Rodríguez Magda

Dazs


Cubera

Y a mi ghjkghjkj. Cuando estaba en tareas dirigidas y salía algún insecto, si no había ido ese día algún compañero niño y estaban puras niñas, todas salían corriendo (incluyendo a la maestra) a algún cuarto y a mi no me dejaban entrar al cuarto y me mandaban a cazarlo, y siempre preguntaba, y por qué yo? y me decían (la maestra me decía): Pues... Porque eres... Así... Eh... Ya sabes... Eres... No eres delicada. Ve. Ve. Shu shu. sdsfgfg. Era así

themis

¿En serio? A ver si al final la más "femenina" voy a ser yo XD

Yo de peque sentía predilección por los juguetes de niño y esquivaba con éxito el llevar vestidos, pero... no sé... ehm... me cuesta mucho definirme en base a los estereotipos de género :(

Fahrenheit

A mí me habrían empezado a hormonar a los 5 años como muy tarde... XD
El foro de www.lesbianas.tv ha muerto. ¡Larga vida al nuevo foro!

Ilargia

Cita de: Themis en Septiembre 17, 2020, 22:40:40:14 PM
¿En serio? A ver si al final la más "femenina" voy a ser yo XD

Yo de peque sentía predilección por los juguetes de niño y esquivaba con éxito el llevar vestidos, pero... no sé... ehm... me cuesta mucho definirme en base a los estereotipos de género :(

No sé, pero me da a mi la sensación que la más "femenina" de este foro soy yo... XD O al menos de las más femeninas.

Pipita

Y la macho oficial soy yo, no jodan. Nah, es broma. Pero, honestamente, creo que si hubiera nacido en los 2000 o 2005 estaría en proceso.
"If you do not express your own original ideas, if you do not listen to your own being, you will have betrayed yourself".

Ilargia

Ahora porque la sociedad avanza y ya la gente se deja llevar menos por estereotipos, pero sigo pensando que soy la típica lesbiana que si no lo dice abiertamente, a nadie se le pasaría por la cabeza ni por un momento que le gustan las mujeres. La verdad es que es frustrante.

Báthory

Buenos días, mujeres. Aquí os dejo otro cómic de Tatsuya Ishida:
https://twitter.com/TatsuyaIshida9/status/1306678164945395712/photo/1

Y de paso quería ver si alguien me podía explicar por qué llaman "woke" a los seguidores de la secta queer. Lo leo todo el tiempo y creo entenderlo. ¿Es como que de pronto la gente despierta al absurdo o algo así? 
"Fratriarcado es también toda defensa que las mujeres realizan de los pactos entre varones, sin reparar en que ellas no están incluidas." Rosa M. Rodríguez Magda

Pangea

Hola chicas.
Como sabéis, yo desconocía todo esto. Ahora que estoy informándome, he encontrado este artículo y quiero compartirlo ya que me parece que explica bastante bien el meollo de todo. Para las que no saben muy bien de que va esto, os puede ser bastante exclarecedor:
https://elcomun.es/2020/06/11/quemad-a-la-bruja/?amp&__twitter_impression=true

Báthory

"Fratriarcado es también toda defensa que las mujeres realizan de los pactos entre varones, sin reparar en que ellas no están incluidas." Rosa M. Rodríguez Magda

Átropos

Pues yo os traigo otro artículo. No habla del tema trans ni de feminismo, pero habla de la posverdad desde un enfoque más filosófico. Está bastante relacionado con todo este tema y ayuda a entender todo esto que está pasando.

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El lenguaje en la era de la posverdad

Además del título de la entrada, el lenguaje de la posverdad fue el del XIII Seminario Internacional Lengua y Periodismo celebrado recientemente en San Millán de la Cogolla (La Rioja). Para quienes se pregunten en qué o hasta qué punto ese planteamiento guarda relación con la filosofía, podemos recordar la epistemología, y explicarlo, para que la palabra no asuste a nadie. Esta rama de la filosofía se ocupa justamente de cómo conocemos, de lo que nos es posible conocer y de cómo lo hacemos. El asunto de la verdad es central en esa averiguación sobre lo que nos es posible saber. Por tanto, si vivimos en la era de la posverdad, resulta imprescindible hacer una aproximación epistemológica, filosófica, a qué significa la posverdad y cómo influye en nuestra visión del mundo y en el debate público.

Ya Wittgenstein nos advirtió de que no existe un lenguaje privado, el lenguaje humano es un hecho social, y que es posiblemente la más fuerte caracterización de los seres humanos como seres sociales. Cuando él lo aplica al significado emplea la palabra "dolor" como ejemplo. Cuando yo digo que siento dolor, me refiero a mi dolor personal, pero no se puede relacionar sólo con mi sensación de dolor, porque hacerlo nos situaría en un escenario de aislamiento total de unas personas respecto a otras. Hay un consenso colectivo sobre lo que significa "dolor", por eso yo puedo decir que siento dolor y los demás me entienden, aunque no estén sintiéndolo. En ese sentido dice él que no existe un lenguaje privado.

El consenso sobre el significado de las palabras es uno de los consensos más básicos que existen en cualquier sociedad, tanto que ni siquiera nos damos cuenta de ello. Uno de los libros más reveladores que ha escrito nunca un filólogo es LTI: la lengua del Tercer Reich, de Victor Klemperer. Él va tomando notas de filólogo, analizando cómo los nazis van modificando los significados compartidos por la sociedad, hasta llegar a re-inventar un lenguaje que de hecho recrea la realidad en la forma que era conveniente para el nazismo. Una vez que han redefinido los significados para la sociedad, no les resultó difícil convencer a los alemanes de sus ideas políticas, porque los significados son la llave de acceso a nuestras ideas. La posverdad va incluso más allá. El Diccionario Oxford ha definido "posverdad" como la circunstancia en que "los hechos objetivos tienen menos influencia en formar la opinión pública que las apelaciones a la emoción y las creencias personales". Significa que no existe una realidad compartida, que todos podamos reconocer como tal, sino que todo consiste en quién tiene la fuerza para imponer su relato.

Desde mi punto de vista, esto equivale a negar el paradigma ilustrado, y el ideal de la modernidad, según el cual las herramientas de la razón constituyen el mejor instrumento para conocer la realidad. La modernidad es sobre todo un método, que no niega que tengamos opiniones personales, sino que nos pide que las fundemos en los hechos y las defendamos con argumentos. En el fondo, la posverdad nos conduce a una época premoderna en la que las supersticiones tienen más fuerza que la razón; las creencias importan más que la realidad.

Muchas veces se asimila la posverdad al predominio de las emociones en el discurso público, pero yo creo que no es un problema de emocionalidad. El discurso público siempre tiene un componente emocional y un componente racional. Los problemas son dos: uno, las emociones no son malas en sí mismas, hay emociones buenas para la política (la esperanza, por ejemplo, una de las ideas fuerza de Obama) y las hay muy negativas (el miedo, la ira, el odio), que son las que agita el populismo y el fascismo. El segundo problema es que no se trata de combatir las emociones, como un todo, sino de no confundirlas con la superstición. Las supersticiones son creencias personales individuales o colectivas, no basadas en hechos ni en datos, sino en creencias imposibles de contrastar. Esto nos devuelve a un escenario peor que el del lenguaje privado, nos lleva a la realidad privada, a una realidad que yo o un grupo de personas nos creemos y que nos da igual que tenga un correlato con la realidad. En este punto conviene subrayar la importancia del periodismo y su papel vertebrador de la realidad pública, la realidad política. El periodismo nos cuenta el conjunto de hechos compartidos en los que todos estamos de acuerdo (después, naturalmente, vienen las naturales y sanas discrepancias políticas respecto a cómo abordar esos hechos, cómo cambiar la realidad).

Una idea muy asentada en la política –y en el diseño de la comunicación política– es que da igual cuáles sean los hechos, que se puede convencer a la gente de cualquier cosa siempre que uno tenga la suficiente fuerza en los medios para imponer su relato. Esto nos deja totalmente inermes, y en el fondo significa que quien tenga el poder suficiente (mediático, político, económico) no sólo ejerce el poder, sino que tiene la capacidad de definir la realidad. Esto es totalitarismo. Como reza el adagio clásico del periodismo: las opiniones son libres, los hechos son sagrados. Sólo ese apego incondicional a los hechos del periodismo nos puede salvar de la posverdad, y por desgracia parece que hay mucho periodismo ahora interesado en contribuir a crear tal o cual relato, más que a comprometerse con la realidad y con los hechos.

No es solo ese mal y mal entendido periodismo, también hay tres particularidades de nuestra época que agravan la situación:

    La creencia posmoderna, ya completamente asentada, de que no existe nada parecido a la verdad, de que sólo existen los puntos de vista. Realmente lo que define nuestra época, aunque ya lo denunció Orwell en los años 30 del siglo XX, no es tanto la mentira como el abandono de la idea de que la verdad pueda existir. Hay que tener en cuenta que él lo dice en tiempos de guerra, en los que se da por hecho que la propaganda se multiplica. Es como si viviéramos en la propaganda perpetua.
    La crisis financiera ha dejado una desconfianza atroz en las elites. Cuesta creer a alguien que tenga un mínimo halo institucional (ya sea un experto, un cargo público, un medio de comunicación). Ante esto se opta por creer a quien nos ratifica en nuestras ideas previas (lo que se agrava con el sesgo de confirmación).
  Las redes sociales, la web, el big data, multiplican la fuerza de las mentiras. Los bulos han existido siempre y conocemos su fuerza. Pero las investigaciones científicas han demostrado que las redes difunden las mentiras más rápido que la verdad. Y además llegan a más gente. O sea, más rápido y más lejos. Esto apela a nuestra propia responsabilidad como usuarios de redes, como constructores de una "civilización" muy necesaria en este campo en cuya transición nos encontramos. Solo será posible si no perdemos de vista la Ilustración y valores como el de poder discutir con quien no tenga tus mismas opiniones alrededor de unos mínimos consensos y conceptos compartidos.


Aquí el enlace:


Este artículo está elaborado a partir de un programa de radio que se llama Mas Platón y menos whatsapp. Si queréis escucharlo lo podéis hacer a partir del minuto 38.

"Everything is political when you're a woman"

Pangea

Buen artículo Átropos.
Yo llevo ya muucho tiempo con una frase de una canción en la cabeza "nos hicieron no creer en nada" Y con todo esto del covid, "todo es mentira". Me defino como una descreida de todo, no me creo ya nada que lea o vea.
Ahora veo que es un fenómeno global.

Pipita

Muy buen artículo, sobre todo esto:

CitarLa crisis financiera ha dejado una desconfianza atroz en las elites. Cuesta creer a alguien que tenga un mínimo halo institucional (ya sea un experto, un cargo público, un medio de comunicación). Ante esto se opta por creer a quien nos ratifica en nuestras ideas previas (lo que se agrava con el sesgo de confirmación).

Las redes sociales, la web, el big data, multiplican la fuerza de las mentiras. Los bulos han existido siempre y conocemos su fuerza. Pero las investigaciones científicas han demostrado que las redes difunden las mentiras más rápido que la verdad. Y además llegan a más gente. O sea, más rápido y más lejos. Esto apela a nuestra propia responsabilidad como usuarios de redes, como constructores de una "civilización" muy necesaria en este campo en cuya transición nos encontramos. Solo será posible si no perdemos de vista la Ilustración y valores como el de poder discutir con quien no tenga tus mismas opiniones alrededor de unos mínimos consensos y conceptos compartidos.

A mí me dicen muchas veces que qué hago debatiendo con gente que opina muy diferente a mí, o por qué me paro a escuchar ciertos discursos que no van conmigo. Yo no sé vosotras, pero me cansa un poquito, por ejemplo (y esto lo enlazo con el documental de "El dilema de las redes"), ver el feed o el timeline de tuiter y ver que ABSOLUTAMENTE todo lo que leo coincide con mi forma de pensar/actuar/vivir. Creo que es indispensable para tener una mente crítica (esto no significa decir "sí" a todo) abrirse a opiniones distintas a las propias (aclaro: NO me refiero con esto a los discursos de odio, obviamente a un homófobo no voy a escucharle), y debatir con gente que opina diferente.

Pienso que es jodido estar en un mundo tan globalizado o sólo juntarte con personas que piensan, hacen y actúan como tú. Es alimentar continuamente los propios sesgos, reafirmarse constantemente y no ver más allá. La realidad es mucho más de lo que vemos y de lo que conocemos.
El tema de la verdad: hay cosas que son verdad SÍ O SÍ y no son puntos de vista. Mucho ojo con eso, que parece que ahora nos da miedo mojarnos para decir lo que pensamos sobre ciertos temas y es mejor estar en una eterno "gris", sin decidirse pa dónde tirar.

Sobre el tema de la Jotaká, pues bueno. Es una caza de brujas continua pero eso pasa con todas las figuras públicas: un día son adoradas y al otro son criticadas y perseguidas por todxs. A la Jotaká a mí me da que se la pela todo. Antes era un ejemplo de mujer empoderada que salió del hoyo e hizo una de las obras más influyentes en los jóvenes que rozamos los 30; y hoy es una terf japuta que merece ser castigada por absolutamente todo lo que hace. Pereza.
"If you do not express your own original ideas, if you do not listen to your own being, you will have betrayed yourself".