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Psicología

Iniciado por Cam, Noviembre 25, 2015, 13:54:54:06 PM

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Cam

Abro este hilo para ir colgando algún artí­culo de psicologí­a que  sea interesante.

Somos  lo que pensamos


http://elpais.com/elpais/2015/11/13/eps/1447415978_782093.html

Resumen:
El artí­culo dice que nuestros pensamientos influyen en nuestros comportamientos y nuestras emociones, que tienen un gran poder de influenciarnos, tanto positiva como negativamente y que somos responsables de lo que sentimos cuando hacemos caso a esos pensamientos. Dice algunas pautas para entrenar otra forma de pensar para que los pensamientos no nos causen sufrimientos innecesarios.


Olvide la idea de convertirse en una persona superpositiva y superoptimista. El mundo no es de color rosa, pero tampoco un lugar negro y hostil. Se trata de buscar la utilidad de lo que piensa.

Escriba. No se trata de desconfiar de la memoria, pero para facilitarle el cambio de pensamiento necesita coger el hábito de escribir aquello que desea pensar.

Deje de rumiar. Dar muchas vueltas a sus preocupaciones es el problema, no la solución.

No lo racionalice todo, porque no todo tiene un razonamiento lógico. La vida es matemáticas, ciencia, pero también intuición y sensaciones..

Acepte lo que no dependa de usted. Los discursos internos relacionados con lo injusta que es la vida y con lo que no se merece pero le ha tocado solo le llevan a sentirse desgraciado.

Quite valor a lo que no lo tiene.Si cada preocupación se convierte en una batalla personal, estará combatiendo dí­a y noche.

Anticipar lo que puede ocurrir de forma negativa no le protege. Muchas veces anticipamos lo que no depende de nosotros

Rí­ase de lo que piensa. ¡Qué absurdas nos parecen algunas de las ideas a toro pasado! Pruebe a hacer el ejercicio de ver la parte cómica en el momento real

Rete a sus miedos. «Pero tú, piltrafilla, ¿acaso vas a poder conmigo?», «¿Me voy a dejar amedrentar por ti?

No tenga conversaciones absurdas con sus pensamientos.No se enrede en ellos. Sus pensamientos negativos son rabietas que buscan su atención, y como se siente angustiado, se la presta.

Recuerde, no se puede «no tener pensamientos» por mucho que le atormenten. Lo que sí­ puede es elegir otros. Como dicen en la pelí­cula El guerrero pací­fico, «la vida es elegir, puedes elegir ser una ví­ctima o cualquier otra cosa que te propongas».
"Ante todo, respétate a ti mismo."

Pití goras

Akane

"Mario is red, Sonic is blue, all your bases, are belong to us".

Cam

"Ante todo, respétate a ti mismo."

Pití goras

Cubera

Excelente este hilo! Y verí­dico, estos son mis mayores defectos en el pensamiento:

Cita de: Cam en Noviembre 25, 2015, 13:54:54:06 PM
No lo racionalice todo, porque no todo tiene un razonamiento lógico. La vida es matemáticas, ciencia, pero también intuición y sensaciones..
Es horrible, a veces creo que voy a explotar y lkasjdalksdjaskdjhkasgdb  :-\ :-X No, no  :'(

Cita de: Cam en Noviembre 25, 2015, 13:54:54:06 PMNo tenga conversaciones absurdas con sus pensamientos.No se enrede en ellos. Sus pensamientos negativos son rabietas que buscan su atención, y como se siente angustiado, se la presta.
Ay no, a veces parece que hasta "peleara" con él.

Y esto... Bueno...  :((((

Cita de: Cam en Noviembre 25, 2015, 13:54:54:06 PM
Anticipar lo que puede ocurrir de forma negativa no le protege. Muchas veces anticipamos lo que no depende de nosotros
Precisamente en estos dí­as he estado trabajando en esto de no anticipar nada...




Antes era Nirvana pero luego me enamoré del Rubik y me transformé en Cubera

monkeypaw

Cita de: Cam en Noviembre 25, 2015, 13:54:54:06 PM


No tenga conversaciones absurdas con sus pensamientos.No se enrede en ellos. Sus pensamientos negativos son rabietas que buscan su atención, y como se siente angustiado, se la presta.

yo: que tal vas?
pensamiento:aqui
yo: te apetece comer algo?
pensamiento: claro, ponte de pie
yo: estoy vaga
pensamiento: he dicho que te muevas!

Pipita

Yo antes era muy muy rumiante, aún lo soy pero menos. Gracias a la terapia estoy renaciendo, digamos, y me siento genial. Y es cierto lo que dice éste artí­culo: no se trata de vivir despreocupado de todo porue eso es imposible, se trata de hallar el equilibrio entre esforzarse para cambiar lo que puede cambiarse y simplemente aceptar lo que no se puede cambiar. Se vive mucho más tranquilo así­. Y sobre todo, dejando de lado pensamientos negativos o anticiparse a lo que ocurrirá, cuando simplemente no lo sabemos. Y si lo sabemos, es mejor dejar que suceda y actuar cuando estemos en ése problema/dilema o situación que darle vueltas y perder energí­as.

Cuesta mucho ser así­, pero poco a poco se logra.
"If you do not express your own original ideas, if you do not listen to your own being, you will have betrayed yourself".

Cam

Aquí­ va otro, este va sobre la ansiedad, me resulto muy curioso.

Es una carta que la ansiedad escribe a alguien diciendole todo lo que va ha pasar cuando ella aparezca.
Spoiler: ShowHide
HOLA.

Soy la ansiedad, no te asustes»¦ vengo en son de paz, por cierto, ¿por qué te asustas tanto ante mi presencia?


Digo, sé que sientes horrible cada vez que aparezco, que te desesperas y quisieras mandarme a volar, sé que si pudieras»¦ me matarí­as, sobre todo porque crees que soy yo la que te quiere matar o hacer daño, pero créeme, si no te he matado, no lo voy a hacer.


No estoy aquí­ para hacerte daño, mucho menos para volverte loco, creo que ya te lo he demostrado cada vez que llego a tu cuerpo, hago un relajo y te asusto, pero al final del dí­a»¦ no te he matado, no te has vuelto loco.



Si pudiera, lo harí­a, pero esa no es mi idea.

La verdad es que aparezco y te hago sentir todo eso porque no habí­a logrado encontrar otra manera de hacerme escuchar por ti, estabas tan ocupado tratando de ser exitoso, productivo y de demostrarle a los demás que eres digno de ser amado»¦ que no escuchabas mis pequeñas señales.




¿Recuerdas esa vez que te dio un dolor de cabeza? ¿O cuando tuviste insomnio por más de 2 horas? ¿O qué tal esa vez que sin razón aparente te soltaste a llorar?


Bueno, pues todas esas veces era yo tratando de que me escucharas, pero no lo hiciste, seguiste con tu ritmo de vida, seguiste con tu misma manera de pensar»¦ Entonces intenté algo más fuerte, hice que te temblara el ojo, que se te taparan los oí­dos y que te sudaran las manos»¦ pero tampoco me quisiste escuchar.


Aunque acá entre nos, los dos sabemos que sentí­as mi presencia, es por eso que cuando te quedabas tranquilo»¦ o era momento de estar sólo contigo mismo, en soledad»¦ te empezabas a poner nervioso, como si algo te impidiera quedarte quieto.


Te desesperabas, porque no «entendí­as» con tu mente racional lo que estaba pasando, y claro, con tu mente racional no me ibas a entender.


Así­ es que por eso me he rendido y decidí­ escribirte.


Y te felicito si estás leyendo lo que te digo, porque significa que ya tienes el valor de escucharme, y créeme, nadie mejor que yo sabe de tu gran habilidad para evitarme y salir corriendo, huyendo de mí­ como huirí­as del monstruo en el bosque oscuro.


Como esas veces que me evitas y te distraes embobándote horas con la televisión, viviendo las vidas de otras personas que ni conoces para no enfrentar que la tuya no te gusta.


O qué tal, de esas veces que con un par de cubitas lograbas adormecer tus nervios e inquietud; y ni qué decir de esas otras substancias que más allá de adormecerte, te fugan de esta realidad que no quieres enfrentar.


Pero bueno, espero que ahora estés listo y lista para enfrentar tu realidad y escucharme por fin.  Espero que estés listo y lista para enfrentar la verdad de tu vida y de ti mismo tal y como es, sin máscaras, sin atajos»¦ sin pretensiones.  Así­ es que aquí­ te van las cosas como son.


Lo único que llevo tratándote de decir todo este tiempo, es que»¦ ya es tiempo de evolucionar, necesitas hacerlo, no hay de otra.


Necesitas crear cambios muy profundos dentro de ti, pues por alguna razón, en realidad no estás disfrutando de tu vida y no te sientes pleno.  Por eso yo estoy aquí­, para ayudarte a recuperar esa plenitud que vive dentro de ti, y para lograrlo, tendrás que deshacerte de lo que te impide contactarla.


Estoy aquí­ para ayudarte a ver precisamente qué te impide contactar con tu sentido de vida, con tu pasión por vivir, con tu alegrí­a y con tu verdadero ser que es tu esencia.  Cada vez que yo aparezca en tu vida, será porque por ti mismo no te has dado cuenta que no estás siendo pleno y feliz, así­ es que si vuelvo a aparecer, no te asustes»¦ mejor agradéceme que llegué y escúchame.


Y si realmente me escuchas, no tardarás en hacer los cambios que necesitas hacer en tu vida, los harás de inmediato, claro, eso si realmente quieres sentirte bien de nuevo, todo depende de qué tanto quieras.  Y se que sí­ quieres, pero a la vez sé que quieres seguir en tu confort y en tu comodidad por vivir con lo «conocido», aunque eso conocido te haga daño.


Prefieres seguir buscando la aprobación y aceptación de los demás, haciendo hasta lo imposible por llamar su atención; buscando seguridad en otras personas menos en ti; prefieres que los demás sean responsables de tu persona que tú mismo, y claro, te entiendo, todos quisiéramos regresar a la panza de nuestra mamá y despreocuparnos de todo.


Pero»¦ te tengo una noticia, solamente entrando a un temazcal podrás acercarte a esa experiencia.  Mientras tanto»¦ necesitas asumir que eres responsable de ti y que solamente tú me podrás escuchar, y cuando me escuches y yo vea que ya me hiciste caso, créeme que me iré.  Solamente tú puedes hacer que me vaya.


Y eso es algo muy importante que te quiero decir, en verdad me iré en cuanto vea que estás haciendo esos cambios en tu vida, cuando vea que estás en camino a tu evolución y que estás dispuesto a crecer y recuperarte a ti mismo.  Mientras no lo hagas»¦ aquí­ seguiré.


En conclusión, si hoy estoy aquí­, es porque me necesitas.


Necesitas de mi para modificar tu manera de interpretar tu realidad, la cual déjame decirte que está un poco distorsionada.  Necesitas deshacerte de creencias que no te ayudan y que nada más te limitan; necesitas perdonar todo ese enojo que guardas a tus seres queridos y recuperar tu libertad interior.

Y sobre todo, necesitas de mí­ para hacer lo que te gusta de la vida, para ser tú mismo, y perder el miedo al rechazo o abandono de los demás.

Necesitas de mí­ para ponerle lí­mites a las personas que te lastiman; para que te agarres de valor y aprendas a decir que «no»; para que dejes de mendigar amor con quien no te merece; para que dejes de depender de la existencia de tu pareja para ser feliz; para que de una vez por todas»¦ ¡cuides tu cuerpo!

¿De qué otra manera le habrí­as puesto atención a tu cuerpo? Digo, probablemente de muchas maneras, pero ésta está funcionando.  Necesitas darle el alimento que necesita, dejar de criticar tu fí­sico y agradecerle por lo que te da; haz que sude y que se mueva, ten tus hormonas al dí­a y duerme las horas que necesitas.


"Ante todo, respétate a ti mismo."

Pití goras

Bechloe_creampuff

Cita de: Cam en Noviembre 29, 2015, 14:23:23:47 PM
Aquí­ va otro, este va sobre la ansiedad, me resulto muy curioso.

Es una carta que la ansiedad escribe a alguien diciendole todo lo que va ha pasar cuando ella aparezca.
Spoiler: ShowHide
HOLA.

Soy la ansiedad, no te asustes»¦ vengo en son de paz, por cierto, ¿por qué te asustas tanto ante mi presencia?


Digo, sé que sientes horrible cada vez que aparezco, que te desesperas y quisieras mandarme a volar, sé que si pudieras»¦ me matarí­as, sobre todo porque crees que soy yo la que te quiere matar o hacer daño, pero créeme, si no te he matado, no lo voy a hacer.


No estoy aquí­ para hacerte daño, mucho menos para volverte loco, creo que ya te lo he demostrado cada vez que llego a tu cuerpo, hago un relajo y te asusto, pero al final del dí­a»¦ no te he matado, no te has vuelto loco.



Si pudiera, lo harí­a, pero esa no es mi idea.

La verdad es que aparezco y te hago sentir todo eso porque no habí­a logrado encontrar otra manera de hacerme escuchar por ti, estabas tan ocupado tratando de ser exitoso, productivo y de demostrarle a los demás que eres digno de ser amado»¦ que no escuchabas mis pequeñas señales.




¿Recuerdas esa vez que te dio un dolor de cabeza? ¿O cuando tuviste insomnio por más de 2 horas? ¿O qué tal esa vez que sin razón aparente te soltaste a llorar?


Bueno, pues todas esas veces era yo tratando de que me escucharas, pero no lo hiciste, seguiste con tu ritmo de vida, seguiste con tu misma manera de pensar»¦ Entonces intenté algo más fuerte, hice que te temblara el ojo, que se te taparan los oí­dos y que te sudaran las manos»¦ pero tampoco me quisiste escuchar.


Aunque acá entre nos, los dos sabemos que sentí­as mi presencia, es por eso que cuando te quedabas tranquilo»¦ o era momento de estar sólo contigo mismo, en soledad»¦ te empezabas a poner nervioso, como si algo te impidiera quedarte quieto.


Te desesperabas, porque no «entendí­as» con tu mente racional lo que estaba pasando, y claro, con tu mente racional no me ibas a entender.


Así­ es que por eso me he rendido y decidí­ escribirte.


Y te felicito si estás leyendo lo que te digo, porque significa que ya tienes el valor de escucharme, y créeme, nadie mejor que yo sabe de tu gran habilidad para evitarme y salir corriendo, huyendo de mí­ como huirí­as del monstruo en el bosque oscuro.


Como esas veces que me evitas y te distraes embobándote horas con la televisión, viviendo las vidas de otras personas que ni conoces para no enfrentar que la tuya no te gusta.


O qué tal, de esas veces que con un par de cubitas lograbas adormecer tus nervios e inquietud; y ni qué decir de esas otras substancias que más allá de adormecerte, te fugan de esta realidad que no quieres enfrentar.


Pero bueno, espero que ahora estés listo y lista para enfrentar tu realidad y escucharme por fin.  Espero que estés listo y lista para enfrentar la verdad de tu vida y de ti mismo tal y como es, sin máscaras, sin atajos»¦ sin pretensiones.  Así­ es que aquí­ te van las cosas como son.


Lo único que llevo tratándote de decir todo este tiempo, es que»¦ ya es tiempo de evolucionar, necesitas hacerlo, no hay de otra.


Necesitas crear cambios muy profundos dentro de ti, pues por alguna razón, en realidad no estás disfrutando de tu vida y no te sientes pleno.  Por eso yo estoy aquí­, para ayudarte a recuperar esa plenitud que vive dentro de ti, y para lograrlo, tendrás que deshacerte de lo que te impide contactarla.


Estoy aquí­ para ayudarte a ver precisamente qué te impide contactar con tu sentido de vida, con tu pasión por vivir, con tu alegrí­a y con tu verdadero ser que es tu esencia.  Cada vez que yo aparezca en tu vida, será porque por ti mismo no te has dado cuenta que no estás siendo pleno y feliz, así­ es que si vuelvo a aparecer, no te asustes»¦ mejor agradéceme que llegué y escúchame.


Y si realmente me escuchas, no tardarás en hacer los cambios que necesitas hacer en tu vida, los harás de inmediato, claro, eso si realmente quieres sentirte bien de nuevo, todo depende de qué tanto quieras.  Y se que sí­ quieres, pero a la vez sé que quieres seguir en tu confort y en tu comodidad por vivir con lo «conocido», aunque eso conocido te haga daño.


Prefieres seguir buscando la aprobación y aceptación de los demás, haciendo hasta lo imposible por llamar su atención; buscando seguridad en otras personas menos en ti; prefieres que los demás sean responsables de tu persona que tú mismo, y claro, te entiendo, todos quisiéramos regresar a la panza de nuestra mamá y despreocuparnos de todo.


Pero»¦ te tengo una noticia, solamente entrando a un temazcal podrás acercarte a esa experiencia.  Mientras tanto»¦ necesitas asumir que eres responsable de ti y que solamente tú me podrás escuchar, y cuando me escuches y yo vea que ya me hiciste caso, créeme que me iré.  Solamente tú puedes hacer que me vaya.


Y eso es algo muy importante que te quiero decir, en verdad me iré en cuanto vea que estás haciendo esos cambios en tu vida, cuando vea que estás en camino a tu evolución y que estás dispuesto a crecer y recuperarte a ti mismo.  Mientras no lo hagas»¦ aquí­ seguiré.


En conclusión, si hoy estoy aquí­, es porque me necesitas.


Necesitas de mi para modificar tu manera de interpretar tu realidad, la cual déjame decirte que está un poco distorsionada.  Necesitas deshacerte de creencias que no te ayudan y que nada más te limitan; necesitas perdonar todo ese enojo que guardas a tus seres queridos y recuperar tu libertad interior.

Y sobre todo, necesitas de mí­ para hacer lo que te gusta de la vida, para ser tú mismo, y perder el miedo al rechazo o abandono de los demás.

Necesitas de mí­ para ponerle lí­mites a las personas que te lastiman; para que te agarres de valor y aprendas a decir que «no»; para que dejes de mendigar amor con quien no te merece; para que dejes de depender de la existencia de tu pareja para ser feliz; para que de una vez por todas»¦ ¡cuides tu cuerpo!

¿De qué otra manera le habrí­as puesto atención a tu cuerpo? Digo, probablemente de muchas maneras, pero ésta está funcionando.  Necesitas darle el alimento que necesita, dejar de criticar tu fí­sico y agradecerle por lo que te da; haz que sude y que se mueva, ten tus hormonas al dí­a y duerme las horas que necesitas.




Gracias por compartirla, me será útil en esos momentos en que se me viene la ansiedad encima, que no son pocas veces  :)))))

Cam

Menos obligación y mucha más ilusión

De alguna manera me identifico mucho con este artí­culo.

Es de cómo de pequeños nos lo hemos arreglado para que nos quieran a costa de nuestras necesidades, adaptándonos a las demandas de los demás. Buscando la aprobación y estima, obligándonos a ser buenos y corresponder a las expectativas de los otros, «si soy yo no me querrán».

Ya de adultos se adquiere una identidad disociada, quien soy por dentro y quien soy por fuera. Por fuera un ser complaciente y por dentro un ser insatisfecho.
Debemos aprender a dejar de andar el camino de los demás, sin remordimientos, sin culpa, para conseguir tener ilusión, felicidad, fluidez, poder amar y sentir pasión.

Spoiler: ShowHide
Menos obligación y mucha más ilusión
Nos pasamos la vida intentando agradar y ser obedientes.
Adaptarse es positivo, exagerarlo conduce al aislamiento.
Dejar de recorrer la senda que quieren los demás y guiarse más por la ilusión, es el camino

Deberí­a empezar por confesar que buena parte de mi vida la he pasado siendo un niño adaptativo. Muchos de mi generación respondemos a ese patrón actitudinal: caer bien, quedar bien, hacerlo todo bien. Ser, ante todo, obedientes. La manera de ser amados se correspondí­a con la capacidad de generar en los demás un estado de simpatí­a hacia nuestra persona. Y nada funciona mejor en este sentido que adaptarse a las demandas del medio y de las voluntades ajenas. Imposible desobedecer. Imposible fallar. Imposible actuar según los propios designios, según las ganas y según los latidos del corazón.

Adaptarse al medio no es ningún demérito, más bien al contrario. Sin embargo, cuando la adaptación se pone al servicio de las transacciones afectivas, de la búsqueda de aprobación y estima de los demás, entonces tenemos un problema. La vida se convierte en la obligación de ser buenos, de corresponder a las expectativas ajenas. Se construye así­ una identidad disociada: quien soy por fuera y quien soy por dentro. La zona abierta y la zona oculta. Lo malo es que uno llega a creer que lo que existe ahí­ dentro es vergonzoso. Por eso hay que ocultarlo.

«La sencillez y naturalidad son el supremo y último fin
de la cultura»
(Friedrich Nietzsche)

Con el paso de los años, las personas que se han pasado la vida obligándose a ser buenas acaban tan hartas que prefieren encerrarse en sí­ mismas. Deciden vivir por fin su vida oculta, solo que no lo saben hacer ante los demás, por lo que prefieren que las dejen en paz. Hartas de todo, se aí­slan, van a lo suyo y la familia con un ratito basta. Se abandonan porque no quieren más obligaciones.

El doctor Eric Berne se hizo popular por su teorí­a sobre el análisis transaccional o los tres estados del yo: el niño, el adulto y el padre. Esas figuras simbólicas que todos llevamos encima son fáciles de reconocer si escuchamos nuestros diálogos internos. Pero más allá de su teorí­a y de la atinada descripción de los juegos en los que vivimos según Berne, el niño es la parte más valiosa de la personalidad, ya que contribuye al impulso creador, el encanto, la intuición o el placer.

No obstante, distingue entre el niño adaptado y el niño natural. El primero es el que modifica su comportamiento bajo la influencia parental. Se porta como el padre o la madre querí­an que se portara. O se adapta y lo hace con dos posibles expresiones: encerrándose en sí­ mismo o quejándose. El niño natural es una expresión espontánea. Es rebelde o creativo, por ejemplo.
De ahí­ obtenemos una primera pista valiosa: el precio de la adaptación consiste en partirse en dos. Uno es complaciente. El otro, ocultamente insatisfecho. De este modo crece sufriendo esa doble existencia. La de fuera, elogiada por todo el mundo. La de dentro, odiada por uno mismo. La que se muestra y la que se oculta. Una cara es el éxito; la otra, el aburrimiento. O se cae en la vanidad y el narcisismo o se muere de envidia o de vací­o. Mal asunto.

Cuenta Antonio Blay que lo que surge del fondo de nuestro ser es inteligencia, energí­a y afecto. Pero, en cambio, el modo de ser se adquiere a través de lo que se nos enseña, lo que se debe hacer, cómo hay que hacerlo y lo que no hay que hacer. El niño (voy a utilizar el genérico de Berne, aunque se entiende que hablo de la niña también) aprende que no vale tanto por lo que es, sino por su adaptación a un modo de ser ajeno a él. Es así­ como construimos un exterior que, con tal de garantizarnos seguridad, afecto y felicidad, nos pide a cambio que renunciemos a nuestra naturalidad.

«Quien es auténtico asume la responsabilidad por ser lo que es y se reconoce libre de ser lo que es" (Sartre)

Dice Blay: «El niño desconecta de su fondo de energí­a, de su fondo de vitalidad, de donde surge la capacidad combativa de vivir, de jugar, de expresar sus necesidades vitales». Es así­ como uno pierde la seguridad en sí­ mismo. El niño deja de vivir en su fuente natural y acaba por depender de las fuentes externas, la madre primero y el mundo después. Pero ¿qué ocurre cuando, a pesar de ser bueno y adaptado, ahí­ fuera les niegan sus necesidades? Entonces el niño se encuentra sin soporte central y sin soporte exterior y por unos momentos se encuentra totalmente aislado, desconectado, en una soledad total. Es el estadio de angustia fundamental.

Esa ansiedad la seguimos viviendo de adultos cada vez que sentimos la duda de quién somos o de no funcionar según los modelos establecidos. Se llega a un callejón sin salida: si soy yo, no me querrán. Nos abandonamos a nosotros mismos para que no nos abandonen los demás, los que creemos fuente de todo lo que necesitamos. La mayor parte de las personas que juegan a ser buenas, que tienen la necesidad imperiosa de sentirse bondadosas y lograr ser queridas, lo hacen para evitar esas angustias. Así­ han aprendido a vivir con obligaciones, remordimientos y culpabilidades.

No fue hasta los cuarenta y tantos cuando aprendí­ de mi maestro Oriol Pujol Borotau una de sus mejores lecciones orientales: ¡Todo con ilusión, nada por obligación! Lo que encierra esta frase tan breve es toda una declaración existencial. Los griegos nos impulsaron hacia la virtud a través de la lucha y la victoria, para obtener así­ la condición de personas honorables. Hoy preferimos hablar de ilusión y de felicidad, de fluir, de amar y de sentir pasión por aquello que nos gusta.

«La diferencia entre el pasado, el presente y
el futuro es solo una ilusión persistente»
(Albert Einstein)

No obstante, para llegar a tales plenitudes es necesario un ejercicio de autoconocimiento que permita observar y corregir la pesadez de seguir siendo un modelo a los ojos del mundo. Atreverse a ser uno mismo pasa por tener a raya al niño adaptativo, abandonar la obligación interior de ser siempre bueno y preferir mostrarse con autenticidad. Para ello hay que vencer esas angustias que ahora perviven como memorias emocionales. Hay que abrazar la vulnerabilidad de sentirse desnudo hasta descubrir lo bien que sienta recuperar la naturalidad. Aquella que no se basa en modelo alguno, sino en inteligencia, amor y energí­a. El resto es mera reactividad, miedo y control.

A veces, el planteamiento es sencillo: ¿qué es lo que hago por obligación?, ¿qué es lo que hago con ilusión? El caminante que hace camino al andar debe avanzar ligero. Cuando su mochila está demasiado cargada de obligaciones, debe soltar lastre. Y una de las más pesadas es la que obliga a recorrer la senda que quieren los demás. Hay que encontrar el propio camino y revisar de vez en cuando si se sigue siendo feliz al andar.

[spoiler]http://elpais.com/elpais/2013/03/15/eps/1363368122_020508.html


[/spoiler]
"Ante todo, respétate a ti mismo."

Pití goras

Lesly

Cita de: Cam en Diciembre 05, 2015, 13:06:06:13 PM
Menos obligación y mucha más ilusión

De alguna manera me identifico mucho con este artí­culo.

Es de cómo de pequeños nos lo hemos arreglado para que nos quieran a costa de nuestras necesidades, adaptándonos a las demandas de los demás. Buscando la aprobación y estima, obligándonos a ser buenos y corresponder a las expectativas de los otros, «si soy yo no me querrán».

Ya de adultos se adquiere una identidad disociada, quien soy por dentro y quien soy por fuera. Por fuera un ser complaciente y por dentro un ser insatisfecho.
Debemos aprender a dejar de andar el camino de los demás, sin remordimientos, sin culpa, para conseguir tener ilusión, felicidad, fluidez, poder amar y sentir pasión.

Spoiler: ShowHide
Menos obligación y mucha más ilusión
Nos pasamos la vida intentando agradar y ser obedientes.
Adaptarse es positivo, exagerarlo conduce al aislamiento.
Dejar de recorrer la senda que quieren los demás y guiarse más por la ilusión, es el camino

Deberí­a empezar por confesar que buena parte de mi vida la he pasado siendo un niño adaptativo. Muchos de mi generación respondemos a ese patrón actitudinal: caer bien, quedar bien, hacerlo todo bien. Ser, ante todo, obedientes. La manera de ser amados se correspondí­a con la capacidad de generar en los demás un estado de simpatí­a hacia nuestra persona. Y nada funciona mejor en este sentido que adaptarse a las demandas del medio y de las voluntades ajenas. Imposible desobedecer. Imposible fallar. Imposible actuar según los propios designios, según las ganas y según los latidos del corazón.

Adaptarse al medio no es ningún demérito, más bien al contrario. Sin embargo, cuando la adaptación se pone al servicio de las transacciones afectivas, de la búsqueda de aprobación y estima de los demás, entonces tenemos un problema. La vida se convierte en la obligación de ser buenos, de corresponder a las expectativas ajenas. Se construye así­ una identidad disociada: quien soy por fuera y quien soy por dentro. La zona abierta y la zona oculta. Lo malo es que uno llega a creer que lo que existe ahí­ dentro es vergonzoso. Por eso hay que ocultarlo.

«La sencillez y naturalidad son el supremo y último fin
de la cultura»
(Friedrich Nietzsche)

Con el paso de los años, las personas que se han pasado la vida obligándose a ser buenas acaban tan hartas que prefieren encerrarse en sí­ mismas. Deciden vivir por fin su vida oculta, solo que no lo saben hacer ante los demás, por lo que prefieren que las dejen en paz. Hartas de todo, se aí­slan, van a lo suyo y la familia con un ratito basta. Se abandonan porque no quieren más obligaciones.

El doctor Eric Berne se hizo popular por su teorí­a sobre el análisis transaccional o los tres estados del yo: el niño, el adulto y el padre. Esas figuras simbólicas que todos llevamos encima son fáciles de reconocer si escuchamos nuestros diálogos internos. Pero más allá de su teorí­a y de la atinada descripción de los juegos en los que vivimos según Berne, el niño es la parte más valiosa de la personalidad, ya que contribuye al impulso creador, el encanto, la intuición o el placer.

No obstante, distingue entre el niño adaptado y el niño natural. El primero es el que modifica su comportamiento bajo la influencia parental. Se porta como el padre o la madre querí­an que se portara. O se adapta y lo hace con dos posibles expresiones: encerrándose en sí­ mismo o quejándose. El niño natural es una expresión espontánea. Es rebelde o creativo, por ejemplo.
De ahí­ obtenemos una primera pista valiosa: el precio de la adaptación consiste en partirse en dos. Uno es complaciente. El otro, ocultamente insatisfecho. De este modo crece sufriendo esa doble existencia. La de fuera, elogiada por todo el mundo. La de dentro, odiada por uno mismo. La que se muestra y la que se oculta. Una cara es el éxito; la otra, el aburrimiento. O se cae en la vanidad y el narcisismo o se muere de envidia o de vací­o. Mal asunto.

Cuenta Antonio Blay que lo que surge del fondo de nuestro ser es inteligencia, energí­a y afecto. Pero, en cambio, el modo de ser se adquiere a través de lo que se nos enseña, lo que se debe hacer, cómo hay que hacerlo y lo que no hay que hacer. El niño (voy a utilizar el genérico de Berne, aunque se entiende que hablo de la niña también) aprende que no vale tanto por lo que es, sino por su adaptación a un modo de ser ajeno a él. Es así­ como construimos un exterior que, con tal de garantizarnos seguridad, afecto y felicidad, nos pide a cambio que renunciemos a nuestra naturalidad.

«Quien es auténtico asume la responsabilidad por ser lo que es y se reconoce libre de ser lo que es" (Sartre)

Dice Blay: «El niño desconecta de su fondo de energí­a, de su fondo de vitalidad, de donde surge la capacidad combativa de vivir, de jugar, de expresar sus necesidades vitales». Es así­ como uno pierde la seguridad en sí­ mismo. El niño deja de vivir en su fuente natural y acaba por depender de las fuentes externas, la madre primero y el mundo después. Pero ¿qué ocurre cuando, a pesar de ser bueno y adaptado, ahí­ fuera les niegan sus necesidades? Entonces el niño se encuentra sin soporte central y sin soporte exterior y por unos momentos se encuentra totalmente aislado, desconectado, en una soledad total. Es el estadio de angustia fundamental.

Esa ansiedad la seguimos viviendo de adultos cada vez que sentimos la duda de quién somos o de no funcionar según los modelos establecidos. Se llega a un callejón sin salida: si soy yo, no me querrán. Nos abandonamos a nosotros mismos para que no nos abandonen los demás, los que creemos fuente de todo lo que necesitamos. La mayor parte de las personas que juegan a ser buenas, que tienen la necesidad imperiosa de sentirse bondadosas y lograr ser queridas, lo hacen para evitar esas angustias. Así­ han aprendido a vivir con obligaciones, remordimientos y culpabilidades.

No fue hasta los cuarenta y tantos cuando aprendí­ de mi maestro Oriol Pujol Borotau una de sus mejores lecciones orientales: ¡Todo con ilusión, nada por obligación! Lo que encierra esta frase tan breve es toda una declaración existencial. Los griegos nos impulsaron hacia la virtud a través de la lucha y la victoria, para obtener así­ la condición de personas honorables. Hoy preferimos hablar de ilusión y de felicidad, de fluir, de amar y de sentir pasión por aquello que nos gusta.

«La diferencia entre el pasado, el presente y
el futuro es solo una ilusión persistente»
(Albert Einstein)

No obstante, para llegar a tales plenitudes es necesario un ejercicio de autoconocimiento que permita observar y corregir la pesadez de seguir siendo un modelo a los ojos del mundo. Atreverse a ser uno mismo pasa por tener a raya al niño adaptativo, abandonar la obligación interior de ser siempre bueno y preferir mostrarse con autenticidad. Para ello hay que vencer esas angustias que ahora perviven como memorias emocionales. Hay que abrazar la vulnerabilidad de sentirse desnudo hasta descubrir lo bien que sienta recuperar la naturalidad. Aquella que no se basa en modelo alguno, sino en inteligencia, amor y energí­a. El resto es mera reactividad, miedo y control.

A veces, el planteamiento es sencillo: ¿qué es lo que hago por obligación?, ¿qué es lo que hago con ilusión? El caminante que hace camino al andar debe avanzar ligero. Cuando su mochila está demasiado cargada de obligaciones, debe soltar lastre. Y una de las más pesadas es la que obliga a recorrer la senda que quieren los demás. Hay que encontrar el propio camino y revisar de vez en cuando si se sigue siendo feliz al andar.

[spoiler]http://elpais.com/elpais/2013/03/15/eps/1363368122_020508.html


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Amen

starangel1

Ya no puedo dar mas karmas hasta otro dí­a  ertryw45 pero que geniales artí­culos. El último me ha hecho pensar cuando dice:

CitarDice Blay: "El niño desconecta de su fondo de energí­a, de su fondo de vitalidad, de donde surge la capacidad combativa de vivir, de jugar, de expresar sus necesidades vitales»...y acaba por depender de las fuentes externas, la madre primero y el mundo después...cada vez que sentimos la duda de quién somos o de no funcionar según los modelos establecidos. Se llega a un callejón sin salida: si soy yo, no me querrán. Nos abandonamos a nosotros mismos para que no nos abandonen los demás, los que creemos fuente de todo lo que necesitamos.

O sea que lo que causa que el niño se desconecte es el dejar de ser el mismo y...lo hace porque desea el Amor de los demás...Es como un amor condicionado, no es así­? Básicamente cuando dejamos de ser nosotros mismos para intentar encajar en lo que los demas quieren que seamos, porque así­ nos querrán, dejamos de ser felices por nuestra propia cuenta. (?)

Cubera

Antes era Nirvana pero luego me enamoré del Rubik y me transformé en Cubera

Huma


Cam

https://elpais.com/elpais/2018/10/16/eps/1539706509_158488.html

Psicópatas de guante blanco.

Interesante artículo donde explica  muy bien algo que tengo claro desde hace tiempo: no existen  personas malas, son los actos los que nos hacen ser buenos o malos.
"Ante todo, respétate a ti mismo."

Pití goras

Cubera

Hablando de psicópatas, hace unos días estaba viendo un documental llamado "Soy un asesino" que trata sobre hombres condenados a muerte. El segundo capítulo me dejó impactada porque trata de un hombre que condenaron a muerte por el homicidio de un hombre al que intentaron robar, la cuestión es que este hombre no haló el gatillo, nunca tuvo el arma en sus manos, lo acusaron de ser el autor intelectual del crimen.

Lo que me puso los pelos de punta fue la actitud del hombre... Él se declaraba inocente, diciendo que no tenía idea de lo que iba a pasar y de hecho con su caso han habido muchas manifestaciones de gente apoyándolo y creo que incluso el gobernador retrasó el día de la ejecución, pero el hombre... Su forma de hablar me asustó muchísimo, lo que tenía en mente al oírlo era: Es un psicópata, es un psicópata, es un psicópata.

@Pipita me gustaría que si en algún momento tienes oportunidad de ver este segundo capítulo de este documental, se llama "I am a killer", está en Netflix, para saber qué opinas. Desde que lo vi quiero que alguien que estudie psicología o criminalística lo vea XD, porque me dejó impresionada. El hombre se expresa muy bien, y su apariencia inspira "confianza" pero tiene algo que no me da nada de buena espina.
Antes era Nirvana pero luego me enamoré del Rubik y me transformé en Cubera