Cuando tení­a 18 y empecé a aceptar en mi vida que me atraí­an las otras chicas, conocí­ por internet a una chava de mi misma edad que viví­a en otra ciudad a 8 horas de aquí­. Siempre hablábamos por Messenger, por mensajes de texto y por llamadas, ella también se estaba empezando a descubrir su homosexualidad, y aún no tení­a ninguna experiencia. Yo le llamaba la atención por mi manera de pensar, de expresarme y por lo romántica que podí­a llegar a ser. El único problema es que desde los 11 he tenido problemas alimenticios y con mi peso, por lo que siempre tuve muchas inseguridades al respecto, para ese momento estaba bastante gorda y yo sabí­a que eso era algo que para casi nadie era algo deseable. Ella nunca me habí­a visto ni por fotos ni por cámara, así­ que no conocí­a para nada mi apariencia. Un dí­a por curiosidad le pregunte que pensaba de las gordas y me dijo que no le gustaban que eran chavas flojas que se descuidaban y se dejaban estar así­. También note que ella constantemente hací­a chistes crueles de su hermana la cual era bastante gorda, por lo que lógicamente pensé que yo no era para nada su tipo. Decidí­ alejarme y cortar definitivamente la comunicación con ella. Pero debo admitir que yo era muy débil emocionalmente y esta decisión lo que me llevo fue a deprimirme gravemente, incluso pensé en el suicidio, tuve que estar en tratamiento médico por ello.

Lo que más me dolí­a de toda la situación, es que ella no paraba de buscarme, pero lo hací­a quizás de una forma manipuladora diciendo que se sentí­a muy mal, que si no estaba conmigo se cortarí­a las venas, que no podí­a dormir en las noches de lo triste que se sentí­a y que no paraba de llorar por mí­. Yo me sentí­ muy culpable y de por sí­ que mi vida estaba mal esta situación lo único que hizo fue empeorarla. Sin embargo por dentro tení­a cierta ilusión por ella, entre ese sentimiento de amor platónico y la culpabilidad, decidí­ un dí­a aceptar su propuesta de retomar nuestra «relación virtual» que aún no se concretaba en algo fí­sico.
Tuve que sincerarme con ella y decirle que yo no me sentí­a segura de mi fí­sico, que yo sabí­a ella no le gustaban para nada las gordas y que yo lo era. Ella me dijo en ese momento que tratándose de mi eso no importaba, porque amaba lo que yo era por dentro (esos rollos telenovelescos que a veces dicen las mujeres para conquistar). Los nervios seguí­an siendo los mismos, pero tení­a un poco de fe por las palabras que me decí­a. Finalmente un dí­a ella se decidió a venir a verme a mi ciudad, las cosas salieron bien, porque a pesar de mi fí­sico ella si acepto tener una relación conmigo. Yo era su primera novia, por lo que para mí­ todo aquello tení­a un significado especial, creí­a firmemente que estábamos destinadas a estar juntas, y que serí­a un amor para toda la vida.

Debo confesar que el primer año de relación fui muy feliz, ella me visitaba a mí­ cada cuanto y yo empecé a visitarla a ella. A pesar de la distancia nos iba bien, yo confiaba mucho en su fidelidad y yo la verdad es que planes de meterme con otra chava no los tení­a, en mi mente solo estaba ella. Lo malo que tení­amos era que peleábamos constantemente, o mejor dicho ella me reclamaba y me discutí­a por cualquier cosa que no le gustara: no le gustaba que mirara a otras mujeres así­ no fuera con mala intención, no le gustaba que hablara ni con mujeres ni con hombres así­ fuera en plan amistoso, no le agradaban mis amigos gays porque decí­a que ellos seguramente me presentarí­an otras mujeres, ella formaba lio casi por todo. Muchas veces me trataba mal simplemente porque estaba de mal genio. Lo peor fue cuando empezó a hacer bromas «inocentes» respecto a mi aspecto fí­sico»¦según ella solo era echando broma, pero la verdad me dolí­a cada vez que me ridiculizaba por mi aspecto.

A pesar de todos estos problemas yo llegue a amarla con el corazón, nuestra intimidad sexual era buena aunque ella nunca me dejó ser activa, yo siempre era la pasiva, pero como eso era lo que ella querí­a yo obedecí­a, y no niego sabí­a darme placer como nunca en mi vida lo habí­a hecho nadie. Con ella enfrente cosas que no habí­a vivido antes: fue la primera y la única pareja mujer de la que comente a mi familia a pesar de que son al extremo homofóbicos; por ella salí­ del closet con mis padres a pesar de que fue algo muy duro para todos, mi madre lloro, me sentí­ la peor persona del mundo, pero a la final ella trataba de irlo asimilando. Pero no estaba de acuerdo con la forma en que mi ex pareja me trataba a veces. Por ella hice cosas que no he hecho por ninguna otra chica, siempre la llenaba de detalles (cartas, peluches, bisuterí­a, rosas, chocolates) todo lo lindo que se me ocurrí­a darle yo se lo daba, y las cosas que ella me decí­a que le gustaban si estaba en mi alcance yo se las compraba.

Todo iba muy bien hasta que un dí­a el tema de la distancia parece que empezó a estorbarle, a pesar de que un dí­a le propuse que se viniera a vivir a mi ciudad que trabajarí­amos juntas, alquilarí­amos algún cuartito donde vivir, ella se negó rotundamente y me dijo que eso era una locura que estaba muy mal planificado y que no estaba de acuerdo. A los dí­a empecé a notarla muy distante y se la pasaba mucho con una chava que viví­a cerca de donde ella viví­a. Yo en mi ingenuidad creí­a que eso no podrí­a afectar las cosas, pero la chava en cuestión era muy guapa y exitosa (cuerpo fitness, practicaba yoga, tení­a dinero y viajaba seguido al exterior etc) le gustaba muchí­simo mi ex pareja, por lo que hací­a todo lo posible por coquetearle. Yo me temí­a ya lo peor pero evitaba pensarlo, porque realmente amaba mucho a mi ex pareja. Hasta que un dí­a finalmente me dijo que le estaba empezando a gustar otra chava (la chica «perfecta» en cuestión) y que se sentí­a confundida. Pero que a pesar de que le gustaba esta chava no querí­a dejarme porque lo que tení­a conmigo era serio y era de sentimientos profundos.

Estaré loca, pero la verdad es que ese argumento que me dio no me hizo sentir para nada bien ni mucho menos confiada, sabiendo que la atracción entre mi ex pareja y la zorra chica «perfecta» era recí­proca. La verdad no querí­a seguir siendo su pareja sabiendo que le atraí­a otra mujer muy diferente a mí­, por lo que decidí­ terminar la relación a pesar de que parecí­a estar siendo doloroso para ambas.

En el tiempo que estuvimos separadas, mi ex empezó a salir con aquella chica «perfecta» y se dieron los morros. Yo por otra parte no querí­a volver a tener nada con mujeres, entre en una negación bastante fuerte, en la que me decí­a a mí­ misma que todo con mi ex habí­a sido un error, que yo en realidad no era lesbiana, por lo que hice algo de lo que quizás me arrepentiré toda la vida: empecé a salir con un pelmazo que ya sabí­a que yo era lesbiana y que conocí­a a mi pareja (aunque no personalmente); como saben los hombres hetera tienen una especial atracción por las lesbianas, y este era un sujeto morboso y metiche en toda regla. Sin embargo solo actué por inercia porque francamente todos los dí­a seguí­a pensando en mi ex y como se la estarí­a pasando de lo mejor con aquella chica «perfecta». Llegue a tener relaciones sexuales con aquel sujeto, usando protección claro está. El tener sexo con ese tipo en vez de arreglar algo lo único que hizo fue reafirmar mi orientación hacia las mujeres, me sentí­ espiritualmente peor por haber estado con un hombre, pero el daño ya estaba hecho.

Termine todo contacto con aquel sujeto y decidí­ continuar con mi vida, aunque cada dí­a era más difí­cil: me sentí­a más deprimida, me refugiaba en la comida y el alcohol, me la pasaba llorando toda la noche, no dormí­a, en fin, fue un verdadero infierno.

Seguí­a extrañando tanto a mi ex que retome contacto con ella. Ella me dijo que también me extrañaba y que no era lo mismo con su nueva chica. Decidimos entonces volver, aunque cometí­ el error de no decirle que en el tiempo que estuvimos separadas yo habí­a tenido relaciones con aquel sujeto. Tení­a mucho miedo, porque sabí­a que ella le daban asco los hombres y que si le comentaba eso inmediatamente me despreciarí­a (esa era la verdad). Calle ese secreto por mucho tiempo solo por no perderla definitivamente.

Después que volvimos solo duramos unos cuantos meses más, porque las peleas volvieron a ocurrir, su mal genio habí­a empeorado y cada vez era más frecuente que me tratara de mala forma cada que podí­a y sin razón aparente (no era violencia fí­sica, sino psicológica). Me hací­a llorar mucho, y un dí­a llego a decirme que estaba cansada de la rutina de tenerme lejos, de no poder vernos sino que nuestro contacto se limitara solo a la comunicación por Messenger y por celular. Aquello fue aún peor para mí­ que decidí­ que si ella se sentí­a tan aburrida a mi lado lo mejor era dejarlo. Me dijo que si volví­amos a terminar esta vez serí­a definitivo, me sentí­a tan mal que la verdad no pensé en futuro y decidí­ decirle que si era definitivo.

Cuando terminamos hubo un tiempo en que las cosas pasaron del gris a negro absoluto, entre en una crisis nerviosa muy fuerte y la verdad empecé a sacarle en cara a mi ex todos sus malos tratos y todo lo mala que habí­a sido conmigo durante nuestra relación. Llegue incluso a insultarla y a tratar de hacerla sentir tan mal como ella me habí­a hecho sentir a mi (fue inmaduro y completamente terrible pero no sé porque no pude controlarme). En uno de mis intentos por hacerla sentir mal, le confesé que habí­a estado con aquel sujeto y ella se enfureció totalmente. Habí­a conseguido hacerle daño pero el mayor daño me lo hice yo misma, ella me dijo que me odiaba, que era una asquerosa y que no querí­a volver a saber de mí­, que le habí­a mentido por mucho tiempo respecto a lo que sucedió con ese sujeto. Yo le dije que ella habí­a estado saliendo con esa chava «perfecta» y que inicialmente por ella fue que terminamos y que todo se empezó a ir a la mierda. Ella me dijo que con esa chava solo habí­a salido y se habí­an besado y que lo que yo habí­a hecho era infinitamente peor y que no tení­a perdón.

Estuvimos alejadas por varios meses. La depresión llego muy fuerte a mí­, la verdad me estaba muriendo sin ella, y me sentí­a culpable cada dí­a por lo que habí­a hecho. Lloraba mucho y no podí­a aguantar el dolor emocional. Cometí­ el error de volverla a buscar a los pocos meses y cuando eso paso ella ya andaba con otra chava (que no era la misma chica «perfecta» sino otra chica bonita random). Me dijo que era muy feliz con su nueva novia, que incluso su familia la aceptaba y era muy feliz con ella. Eso me destrozo una vez más, pero por dentro lo único que pensaba era que todo era mi culpa (por gorda, por no ser guapa como las otras chicas, por haber estado con un hombre, por los insultos que le dije). A pesar de todo le suplique muchas veces para que intentáramos arreglar las cosas y ella se negó, decidí­ entonces dejar de molestarla y que fuera feliz con su nueva novia. Me aleje dos años de ella y empecé a hacer mi vida, aunque debo mencionar que en ese tiempo solo tuve pareja al final del segundo año, y eso solamente por intentarlo con alguien nueva, pero terminamos a los pocos dí­as porque yo no podí­a dejar de pensar en mi ex y en mi mente me las viví­a constantemente comparando.

Luego de esos dos años distanciadas volví­ a retomar contacto con mi ex, que por los momentos estaba soltera (ella habí­a tenido 4 novias en esos dos años que estuvimos distanciadas, pero parece que con ninguna habí­a funcionado las cosas). Me dijo que a pesar del tiempo que habí­amos estado distanciadas me querí­a y que siempre tení­a un lindo recuerdo de nuestra relación. Yo me emocione muchí­simo con lo que me decí­a y debo admitir que sentí­ de nuevo renacer la ilusión. Ella vio que era muy evidente que yo aún estaba colgada por ella, así­ que un dí­a me dice que le gustarí­a volver a verme a ver si aún sentí­a algo por mí­.
Yo estaba muy emocionada, así­ que decidí­ ir de viaje a su ciudad para el dí­a de su cumpleaños, le compre el regalo que ella querí­a. Pero cuando llegue a su ciudad si acaso compartió una hora conmigo, fue sumamente distante y frí­a. Incluso cuando intente darle un beso ella me alejo la cara. En mi mente sabí­a que aquel viaje habí­a sido un error, que ella ya no sentí­a amor por mí­, pero mi corazón era muy necio y terco, así­ que decidí­ no irme hasta asistir a su cumpleaños que era en la noche.
En su cumpleaños fue un poco más cariñosa conmigo, sin embargo cuando le pregunte ¿qué pasarí­a al final entre nosotras?, me dijo que ella no volverí­a conmigo, que en esos dos años le habí­an pasado muchas cosas (supongo todas las experiencias que tuvo con otras chavas) y que ya no podrí­a volver a tener una novia a distancia. Se puso a llorar, aunque la verdad sus palabras y sus acciones me dejaron tan frí­a que yo en ese momento no llore. Me despedí­ de ella, le dije que le deseaba suerte y que estuviera bien. Nos dimos un abrazo y me fui. Cuando ya estaba lejos me desplome a llorar, me bebí­ yo sola una botella entera de vodka, no pare de llorar en toda la noche. Al otro dí­a decidí­ irme, y como era lógico ella ni si quiera me acompaño al terminal.

Total, que el bollodrama lo seguí­ viviendo yo sola con mis propios demonios, con todos los recuerdos de ella, de sus palabras cuando éramos novias, de los momentos que compartimos juntas, de la forma tan horrible que habí­a terminado todo. El tiempo fue pasando (4 años más o menos) y en ese tiempo volví­ a tener novias, pero con ninguna llegaron a funcionar las cosas, porque siempre elegí­a chicas malas, que a la final lo último que les importaba eran mis sentimientos. Aprendí­ muchas cosas: que el sexo con una mujer no era sinónimo de amor, que entre bolleras a veces la traición es más frecuente, que cuando te gusta una chica a veces es la misma chica que le gusta a una amiga tuya o que ya fue su pareja, que las mujeres con pareja y que la presumen por todas partes a veces son las más infieles, en fin»¦todos los rollos del mundo bolleril.

Con tantos ires y venires, mi ex pareja volvió a hablar conmigo en plan de amigas. Me decí­a que a pesar de todas las cosas que habí­an pasado yo siempre serí­a su primera novia, su primer amor, y que querí­a conservar ese recuerdo valioso por siempre, que me querí­a mucho COMO AMIGA. Yo la verdad con tanto tiempo transcurrido pensé que ya lo habí­a superado, así­ que acepte ser su «amiga». Lo cierto es que nunca llego a tratarme realmente como su amiga, no habí­a la confianza, a veces me regañaba o me reprochaba cosas como cuando éramos pareja, pero sin ser nada (su tí­pico mal genio), me cortaba la conversación al minuto de estar hablando»¦en fin eso no era ni una amistad, al dí­a de hoy no sé qué carajos era.

La cosa empezó a ponerse peor cuando mi ex empezaba a hablar de su nueva novia (otra chava ahí­ distinta a las que ya he mencionado). Cada cuanto me comentaba cosas de su novia, de que eran muy felices, que estaban próximas a cumplir un año, que la adoraba mucho, etc. No sé porque motivo pero cuando me decí­a esas cosas yo realmente me sentí­a muy mal (no sé si es que aún la amaba o el hecho de que me sentí­a lo peor al ver que su vida habí­a seguido de lo más ideal, mientras que la mí­a era un calvario donde cada dí­a no podí­a evitar pensar en ella).

La gota que rebaso el vaso fue cuando unos dí­as antes de cumplir aniversario con su novia, me mando una notita de voz en la que me decí­a que me querí­a mucho, que no me perdiera y que siempre estuviéramos en contacto porque yo era un «recuerdo importante» de su vida. Y luego me comento que estaba por cumplir un año con su novia. Me la pase bebiendo, fumando y llorando toda la tarde. Queme y bote los pocos recuerdos que me quedaban de ella. Y decidí­ tomar una decisión definitiva  :'(
Le dije: aún siento cosas muy fuertes por ti, pero por más que te las explique tú ya has pasado de ellas muchí­simas veces. Solo quiero que sepas que no hay dí­a que no te piense y que realmente quiero que seas feliz. Lo único que te voy a pedir es que no me escribas más, realmente me hace mucho daño cada vez que lo haces. Ella me dijo que no entendí­a para nada mi decisión pero que la respetaba y que no volverí­a a escribirme. De eso han pasado ya 4 meses.

Para estas épocas decembrinas he vuelto a tener recuerdos de ella  :((((, y siento un poco de tristeza de que nuestra interacción humana haya tenido que terminar así­. No pudimos quedar como amigas ni como nada, porque la verdad es que solo la comunicación con ella me producí­a mucho dolor sentimental y psicológico. Pienso que hice lo correcto, porque ella por su parte está feliz con la persona que quiere, y yo realmente no quiero seguir siendo lastimada aun cuando esa no sea su intención (supongo).

Por cierto en todo el transcurso de esta historia, han pasado 8 años desde el comienzo hasta el ocaso final que fue hace 4 meses (al menos para mí­, sé que para ella termino hace ya varios años). La verdad creo que es el mayor bollodrama que me ha tocado vivir en toda mi existencia (actualmente tengo 27 años).   658937519

Gorda tengo la pingoleta del coño.

y si alguien me dice algo de ese estilo....digo que pa gordo mi papo!! ( o mi falfocha según me de) jaajajaj